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Uso eficiente del agua y empleo de agua desalada para riego agrícola |
Ante el creciente aumento de la escasez de agua a nivel nacional como mundial, resulta fundamental el paso que están dando muchas empresas hacia la gestión de manera responsable de los recursos naturales al invertir en el ahorro y la eficiencia hídrica.
En este sentido, la desalación se ha convertido en uno de los complementos necesarios en la lucha contra la sequía, así como para hacer frente y minimizar los efectos del cambio climático sobre el agua. España es uno de los países que cuenta con mayor producción instalada en desalación y el primero en la elaboración de agua desalada para su empleo en la agricultura (cerca del 21%).
Actualmente, la tecnología de desalación es capaz de lograr que este tipo de agua tenga la composición que se precise dependiendo del uso que se le vaya a dar a la misma, pues los criterios de calidad del agua que se utiliza en la agricultura pueden variar incluso según la clase de cultivo.
En el caso del riego agrario, tanto la calidad del agua como su composición son elementos decisivos, ya que influyen en el desarrollo de los cultivos y en los suelos. De esta forma, para evaluar la calidad del agua para riego agrícola, es necesario tener en cuenta cuatro criterios esenciales:
- Salinidad del agua: hace referencia al contenido total de sales solubles, que se mide determinando su conductividad eléctrica, expresada en micro Siemens por centímetro, o su contenido real de sales en partes por millón. Se estima como valor válido para la mayoría de cultivos una conductividad inferior a 2mS/cm.
- Relación entre sodio, calcio y magnesio: es recomendable evitar el empleo de agua con un valor SAR (Sodium Absorption Rate) superior a 10, al poder provocar una degradación de la estructura del suelo.
- Alcalinidad: resulta importante porque determina la capacidad del agua de resistir a las variaciones del pH.
- Concentración excesiva de elementos que causan desequilibrios o toxicidad en las plantas: ciertos cultivos pueden ser sensibles a la presencia de concentraciones moderadas o altas de sales específicas presentes en el agua.
Existen distintos proyectos que ya se encuentran investigando sobre el agua desalada en la agricultura con el objetivo de facilitar y promover su uso, que resulta muy beneficioso al incrementar la productividad y calidad de los cultivos y reducir las necesidades de este recurso natural limitado.
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